Óscar López: “Me siento especialmente honrado al formar parte de un premio que la profesión médica impulsa, avala y consagra, hermanando disciplinas”
Óscar López, periodista y guionista, es jurado de la séptima edición del Premio de Novela Albert Jovell de la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC). En esta entrevista para Médicos y Pacientes, manifiesta que se siente “especialmente honrado al formar parte de un premio que la profesión médica impulsa, avala y consagra, hermanando disciplinas”
Madrid medicosypacientes.com/ Sara Guardón
Óscar López es licenciado en Periodismo, inició sus intervenciones radiofónicas en 1989. Ha participado, presentado, escrito y dirigido programas en Radio Intercontinental, Radio España y RNE. Formó parte de los servicios informativos de Telemadrid en el área de Cultura. Guionista de la Televisión Educativa de la UNED. Director y guionista de El mejor de todos los tiempos en Canal 7. En la actualidad, es subdirector de Afectos en la noche, en RNE.
Ha ejercido de jurado del VII Premio de Novela Albert Jovell de la Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial (FPSOMC) donde la obra “La Selva bajo mi piel” de Fátima Frutos es ha sido la ganadora y que será publicada por la editorial Almuzara. El acto de entrega tendrá lugar en la sede del CGCOM el próximo viernes, 25 de marzo.
¿Qué tiene la obra “La Selva bajo mi piel” de Fátima Frutos para haber sido la ganadora del VII Premio de Novela Albert Jovell FPSOMC?
Aunque la obra fue premiada por unanimidad, sólo puedo hablar por mí, ya que supongo que, a pesar de la feliz coincidencia, cada miembro del jurado tendrá su propia perspectiva, su porqué concreto para haber hecho esta elección.
“La selva bajo mi piel” puede ser leída en varias claves (periodística, política, histórica, drama íntimo/familiar) y en todas resulta satisfactoria, lo que le permite acceder a un abanico muy variopinto de lectores. Aborda un momento muy convulso y, a mi juicio, poco o insuficientemente tratado de la historia reciente de Centroamérica, tomando como eje una figura que merecería mayor atención/revisión, alguien cuyos mensaje y obra debieran mantenerse vigentes y reforzados día a día: Ignacio Ellacuría.
Además, acerca con verosimilitud y conocimiento (o tal se desprende de la lectura) un trabajo muy mal recompensado, tanto por las empresas como por el público: el de los reporteros de guerra. Y lo hace sin caer en el defecto contrario de una excesiva e irreal glorificación: se centra en una persona concreta, no categoriza ni generaliza, lo utiliza como manera de explicar a la protagonista, recuperando el modo en quese narraron (o dejaron de narrarse) en los medios los hechos históricos, las masacres, asesinatos y tragedias reales sufridas en gran parte de Centroamérica en los años en que transcurre la acción.
Como jurado y escritor. ¿Qué le parecen la existencia de este premio?
Todo premio literario (o de cualquier otra rama del arte) merece ser celebrado, ya que es un modo de estimular la creación, de fomentar y difundir la cultura. En lo que se refiere en concreto al Premio Albert Jovell, me gustaría destacar que el jurado desconoce por completo el nombre de los autores finalistas (ni siquiera hay pseudónimos), que el proceso de lectura está exento de prejuicios (favorables o desfavorables) o prebendas, que cada obra se juzga por sí misma sin atender a otras consideraciones que no sean las de la experiencia lectora de cada uno con cada manuscrito.
¿Cuál es su sensación de ser jurado de este premio impulsado por la profesión médica?
A pesar de haber sido una persona volcada en las letras desde muy pronto, de sentirlas mi vocación tanto en lo profesional como en lo íntimo (en el disfrute lector), aprendí de algunas de mis profesoras en el instituto que ningún saber debe excluir al resto, que todo camina de la mano. En ese sentido, me siento especialmente honrado al haber formado parte de un premio que la profesión médica impulsa, avala y consagra, hermanando disciplinas que durante demasiado tiempo, erróneamente, se han enseñado (y creo que aún se hace) como si fuesen entes autónomos e incluso enemigas irreconciliables.
¿De qué manera considera que este premio incentiva la labor de escritores y promueve la creación literaria?
De la mejor manera posible, de algún modo ya lo he respondido antes: la transparencia del proceso de selección, el completo anominato de los autores hasta el momento del fallo del jurado, la independencia de la convocatoria, todos son aspectos que, supongo, animan a mucha gente a enviar unos manuscritos que, de otra manera, tal vez no fuesen leídos nunca o descartados a las primeras de cambio, sin darles una oportunidad. El aún corto pero ya interesante recorrido del premio, las obras y autores anteriormente premiados son el mejor aval para un galardón que ofrece unas garantías de ecuanimidad y primacía absoluta de las obras que no se ve mucho en el panorama literario.
Una dilatada carrera literaria con varias novelas publicadas, poesías, que han llegado incluso a Centroeuropa y América y numerosos premios consagran a Fátima Frutos como una autora de referencia. ¿Qué opinión le marece la autora? ¿Cómo cree que este premio le ayudará en su carrera de escritora?
Fátima Frutos es una autora muy interesante porque siempre se está planteando nuevos retos, porque se mantiene inquieta y activa, prueba de ello es esta novela que, a buen seguro, sorprenderá (y para bien) a quienes conozcan algo de su obra poética. No puedo hablar por la autora, pero imagino que ella se ha planteado esta novela como un paso adelante, como la búsqueda de nuevos horizontes creativos; sea como sea, ha conseguido una obra muy emocionante que, así lo merecen ambas, ha de ser muy leída y celebrada.
La Fundación para la Protección Social de la Organización Médica Colegial ayuda a los médicos y sus familias en situaciones difíciles con ayudas o servicios ¿Cuál es su opinión sobre esta labor?
Olvidamos demasiado la atención al cuidador, es decir, a quien ayuda a los demás, los sana física y anímicamente, esa gente que hace suyas las dolencias ajenas, que establece vínculos muy profundos con quienes acuden a sus consultas en demanda de ayuda (de cualquier tipo, no me refiero sólo a lo estrictamente relacionado con la salud). En ese sentido, no se puede menos que aplaudir y apoyar en todo lo posible a quienes rizan el rizo y, dicho en román paladino, cuidan del cuidador, lo apoyan, lo atienden, velan por su salud en cualquier ámbito (lo que incluye, por supuesto, el núcleo familiar de cada uno, el lugar donde descargamos, la mayoría de las veces de manera injusta y desproporcionada, las tensiones vividas durante nuestra jornada laboral).
¿Qué vínculo considera que existe entre los valores de la Medicina y los valores humanísticos o la literatura?
La propia pregunta me proporciona la respuesta y enlaza con lo que comenté anteriormente: el vínculo es total porque hablamos de eso, de valor humanístico en su raíz más profunda, sin barreras ni diferencias entre disciplinas.
¿Qué significa para usted el papel del médico?
No puedo sino sentir respeto absoluto, también admiración, por quienes consagran su vida en ayudar a los demás, en sanarlos, en atenderlos/cuidarlos. En realidad, sólo los recordamos para criticarlos, para denostarlos, para hacer caer sobre sus hombros los errores de administraciones, instituciones, directivos y/o dirigentes, los aplaudimos un momento concreto (más como limpieza de conciencia que como reconocimiento) y después regresamos a, como poco, la indiferencia; los damos tan por hechos, les concedemos tan poca importancia, que olvidamos su innegable condición de héroes cotidianos.